Como especialistas en la instalación de sistemas de refrigeración y climatización industrial sabemos que quienes tienen que trabajar en el interior de cámaras de frío en industrias de alimentación han de seguir unas estrictas normas de seguridad. La exposición continuada a las bajas temperaturas de estas cámaras supone unos riesgos para su salud que deben evitar.
Vestir ropas inadecuadas o no hacer las pausas establecidas en la reglamentación puede causar hipotermia o, lo que es lo mismo, un rápido descenso de la temperatura corporal, un problema que puede complicarse fácilmente originando una neumonía o, incluso, algo más grave. Por eso, las empresas en las que instalamos equipos de refrigeración y climatización industrial suelen exigir a sus trabajadores que, antes de entrar en una cámara frigorífica, se coloquen prendas de protección especialmente en la cabeza, ya que gran parte del calor corporal se pierde a través de ella. Los gorros que se empleen deben tener una doble capa de aislamiento, y lo mismo ocurre con los guantes, indispensables para que las manos no se entumezcan. También el calzado tiene que tener unas características especiales como una suela antideslizante y gran capacidad de aislamiento térmico.
Trabajar a tan bajas temperatura supone un grave riesgo, por lo que es necesario controlar con precisión el tiempo que cada empleado está dentro de las cámaras siendo obligatorio salir de ella en el mismo instante en el que aparezcan los primeros temblores o tiritonas. Igualmente, una medida obligatoria de seguridad es que en este tipo de tareas se debe trabajar siempre acompañado.
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